El amor como
viene, se va. Eso lo aprendí hace mucho tiempo ya.
Recuerdos que no dejan de torturar por
cada vivencia de cada situación. Si es cierto que muchas de
ellas, la mayoría, han sido buenas quizás demasiado,
pero por eso mismo ahora duele más cada recuerdo. Ya que en
cada ocasión en la que se encuentra solo o desanimado, tu
mente manda imágenes de cada experiencia ya pasada.
Este sea feliz o triste, termina siendo
doloroso recordar cada una de las situaciones, porque te recuerda lo
que un día tuviste y dejaste marchar, en ocasiones es peor aun
porque no luchaste por ello.
Pero cada recuerdo, detrás de
cada deje de dolor, nos hace más fuertes. Aun hay cosas que no
hemos superado, ni podremos superarlas en bastante tiempo, ya que
requiere paciencia, y algo más de madurez de la que ya
tenemos.
En algunos casos no hace mucho daño
el recordar todo lo mencionado, y aun así no se quiere
olvidar, por mucho que duela ya que por alguna razón ha sido
la mejor etapa de nuestra vida. Si aun somos jóvenes y no
sabemos ni la mitad de dura que es la vida, pero un recuerdo que te
provoque tanto dolor, y no querer olvidarlo por lo bonito
que fue, ese sentimiento, ese amor por el que pasaste, creo que
enseña mucho más de lo que cree la gente.
Todo esto nos hace fuertes, pero no
inmunes a unos nuevos sentimiento por otras personas, yo he vivido ya
parte de lo mio y no puedo decir que haya sido feo o desagradable,
pero si duro al igual que hermoso.
Lo vivido, vivido está.
Lo vivido, vivido está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario