sábado, 10 de noviembre de 2012

Vivido y por vivir.


El amor como viene, se va. Eso lo aprendí hace mucho tiempo ya.
Recuerdos que no dejan de torturar por cada vivencia de cada situación. Si es cierto que muchas de ellas, la mayoría, han sido buenas quizás demasiado, pero por eso mismo ahora duele más cada recuerdo. Ya que en cada ocasión en la que se encuentra solo o desanimado, tu mente manda imágenes de cada experiencia ya pasada.
Este sea feliz o triste, termina siendo doloroso recordar cada una de las situaciones, porque te recuerda lo que un día tuviste y dejaste marchar, en ocasiones es peor aun porque no luchaste por ello.
Pero cada recuerdo, detrás de cada deje de dolor, nos hace más fuertes. Aun hay cosas que no hemos superado, ni podremos superarlas en bastante tiempo, ya que requiere paciencia, y algo más de madurez de la que ya tenemos.
En algunos casos no hace mucho daño el recordar todo lo mencionado, y aun así no se quiere olvidar, por mucho que duela ya que por alguna razón ha sido la mejor etapa de nuestra vida. Si aun somos jóvenes y no sabemos ni la mitad de dura que es la vida, pero un recuerdo que te provoque tanto dolor, y no querer olvidarlo por lo bonito que fue, ese sentimiento, ese amor por el que pasaste, creo que enseña mucho más de lo que cree la gente.
Todo esto nos hace fuertes, pero no inmunes a unos nuevos sentimiento por otras personas, yo he vivido ya parte de lo mio y no puedo decir que haya sido feo o desagradable, pero si duro al igual que hermoso.
Lo vivido, vivido está.