Gracias,
por sacarme sonrisas y animarme cuando nadie más lo hace.
Gracias,
por enseñarme a luchar por lo que quiero y a nunca rendirme, a superarme.
Gracias,
por ser el mejor ídolo del mundo.
Te mereces todo y más, y ya tocaba que se hiciese justicia, es tuyo.
Eres de oro.
Siempre contigo. Siempre madridista.
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